¿ INMIGRACIÓN ES IGUAL A DELINCUENCIA?

Hecha así la cuestión resulta un tanto frívola, pero si nos atenemos a los datos de delincuencia facilitados por el propio Ministerio del Interior podríamos aseverar que así se trata. 

Hace un par de días el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez al referirse a este particular esgrimió unos datos un tanto vagos y poco estudiados, o sí, alegó que los inmigrantes delinquen porque la gran mayoría de los que vienen a España se encuentran en la horquilla de edad que se considera delincuencial, es decir, entre los 14 y 28 o 30 años. Me parece una excusa banal y vacía de contenido propia de un dirigente de estado más perjudicial que hemos tenido en la historia de España. 

En este sentido, habrá que tener en cuenta, que de la tasa de delincuencia una gran mayoría de los que engrosan la estadística de españoles se trata de extranjeros nacionalizados que siempre nos esconden nuestra casta política y que les sirve como excusa para rellenar las estadísticas delincuenciales.

Cuando se habla de que inmigración y delincuencia van de la mano, SIEMPRE se refiere a los procesos de inmigración descontrolada, sin enmarcar en esta ecuación a los inmigrantes que de manera legal hacen cola en sus embajadas, pagan las carísimas tasas que les suponen en numerosas situaciones tener que pedir dinero prestado a sus familias, acuden a España para progresar buscar un futuro e integrarse en la sociedad española. Estos, se ven perjudicados por estos procesos de inmigración irregular descontrolada que ven como los adelantan por la derecha y lo que a ellos les ha costado largos procesos de regularización conseguir la documentación para estar de forma legal en España a los segundos, los van a regularizar de facto, por una vergonzosa decisión política que a los que más perjudica a este elenco de inmigrantes que de forma rigurosa cumplen con lo estipulado en la ley.

Debemos ser más pulcros con el estudio de las cifras en lo que concierne a la delincuencia e inmigración y no hacer mucho caso de la estadística falseada por el Ministerio del Interior de manera dolosa para que a un grupo mayoritario de ciudadanos continúen llamándonos fascistas y xenófobos.